Posso escrever os versos mais tristes esta noite.
Escrever, por exemplo:
“A noite está estrelada, e tiritam, azuis, os astros, ao longe”.
O vento da noite gira no céu e canta.
Posso escrever os versos mais tristes esta noite.
Eu a quis, e às vezes ela também me quis...
Em noites como esta eu a tive entre os meus braços.
A beijei tantas vezes debaixo o céu infinito.
Ela me quis, às vezes eu também a queria.
Como não ter amado os seus grandes olhos fixos.
Posso escrever os versos mais tristes esta noite.
Pensar que não a tenho.
Sentir que a perdi.
Ouvir a noite imensa, mais imensa sem ela.
E o verso cai na alma como na relva o orvalho.
Que importa que meu amor não pudesse guardá-la.
A noite está estrelada e ela não está comigo.
Isso é tudo.
Ao longe alguém canta.
Ao longe.
Minha alma não se contenta com tê-la perdido.
Como para aproximá-la meu olhar a procura.
Meu coração a procura, e ela não está comigo.
A mesma noite que faz branquear as mesmas árvores.
Nós, os de então, já não somos os mesmos.
Já não a quero, é verdade, mas quanto a quis.
Minha voz procurava o vento para tocar o seu ouvido.
De outro.
Será de outro.
Como antes dos meus beijos.
Sua voz, seu corpo claro.
Seus olhos infinitos.
Já não a quero, é verdade, mas talvez a quero.
É tão curto o amor,
e é tão longo o esquecimento.
Porque em noites como esta eu a tive entre os meus braços,
minha alma não se contenta com tê-la perdido.
Ainda que esta seja a última dor que ela me causa,
e estes, os últimos versos que lhe escrevo.
sábado, 23 de maio de 2009
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Nossa Nadia! que máximo lembrar deste poema... Adorei! que bom que vc está por aqui.
ResponderExcluirBjs
Que lindo Nadia
ResponderExcluirPablo Neruda escreve os 20 poemas de amor mostrando o que sente pela mulher amada, e finaliza este libro com a “Canción desesperada” que é uma despedida, um adios.
Desculpe, mas vai em castelhano
La Canción Desesperada
Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy.
El río anuda al mar su lamento obstinado.
Abandonado como los muelles en el alba.
Es la hora de partir, oh abandonado!
Sobre mi corazón llueven frías corolas.
Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos!
En ti se acumularon las guerras y los vuelos.
De ti alzaron las alas los pájaros del canto.
Todo te lo tragaste, como la lejanía.
Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio !
Era la alegre hora del asalto y el beso.
La hora del estupor que ardía como un faro.
Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego,
turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio!
En la infancia de niebla mi alma alada y herida.
Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!
Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo.
Te tumbó la tristeza, todo en ti fue naufragio!
Hice retroceder la muralla de sombra.
anduve más allá del deseo y del acto.
Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí,
a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto.
Como un vaso albergaste la infinita ternura,
y el infinito olvido te trizó como a un vaso.
Era la negra, negra soledad de las islas,
y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos.
Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta.
Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro.
Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme
en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos!
Mi deseo de ti fue el más terrible y corto,
el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido.
Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas,
aún los racimos arden picoteados de pájaros.
Oh la boca mordida, oh los besados miembros,
oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados.
Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo
en que nos anudamos y nos desesperamos.
Y la ternura, leve como el agua y la harina.
Y la palabra apenas comenzada en los labios.
Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo,
y en el cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio!
Oh sentina de escombros, en ti todo caía,
qué dolor no exprimiste, qué olas no te ahogaron.
De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste
de pie como un marino en la proa de un barco.
Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes.
Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo.
Pálido buzo ciego, desventurado hondero,
descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!
Es la hora de partir, la dura y fría hora
que la noche sujeta a todo horario.
El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa.
Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros.
Abandonado como los muelles en el alba.
Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos.
Ah más allá de todo. Ah más allá de todo.
Es la hora de partir. Oh abandonado.
Este comentário foi removido pelo autor.
ResponderExcluirCanción Desesperada dá o tom forte e soturno da despedida e da tristeza do fim. Adiós!
ResponderExcluirPostei o Poema nº 20 pensando na dúvida, "já não a quero mas talvez a quero...",na lembrança"não a quero mas quanto a quis..."
Ter nascido na mesma terra de Neruda é um privilégio, o post é dedicado a todos os chilenos queridos.
Obrigada Catalina, pelas contribuições.
Bjs